18 de julio de 2021

cuento de julio

 

QUÉ GENTE …

de Alberto Sebastián

 


Ilustración de Belén Morata

 

 

Desde el comienzo de la pandemia compro mascarillas  desechables.

 Un día empecé a dibujar en ellas una boca de acuerdo con el humor con el que me encontraba al levantarme.

Mientras desayuno pinto una amplia sonrisa, o una línea como una campana de Gauss, una pequeña raya horizontal si no quiero hablar, unos dientes de sierra si estoy enfadado...

Durante toda la mañana me desenvuelvo de acuerdo con la boca que he dibujado.

Al volver a casa la tiro.

La vida a veces puede ser muy sencilla, ¿verdad?

Pues algún cliente de la zapatería se ha quejado a mi jefa.


 


ALBERTO SEBASTIÁN

El mío es un buen trabajo. Son ya cinco lustros en esta tarea de contar cuentos para todo tipo de públicos y en cualquier espacio donde se pueda escuchar convencido de que escuchar cuentos puede ser una experiencia que no es comparable a ninguna otra.

Me gusta contar historias populares, los cuentos que se contaban en casa cuando los abuelos eran niños. Oídos nuevos para viejos cuentos. 

                                                                       

Si quieres saber más de él pincha aquí

 


BELÉN MORATA

Dibujar me hace feliz, parece una frase de un libro de autoayuda, pero qué le voy a hacer si es cierto…dibujar me traslada a un espacio de concentración tan absoluta que el tiempo se me escurre entre tintas y pinceles.

Soy totalmente autodidacta;  aprendo observando, experimentando con diferentes técnicas y también dando clase a niñas y niños desde hace años. Le escuché a un buen amigo algo muy cierto: “cuando uno enseña, aprenden dos”.

Lo que más me gusta es sentarme en cualquier lugar frente a un encuadre atractivo, dejarme llevar y no ser consciente de que entre mi perra y un ejército de hormigas, se han comido mi bocadillo.

Si quieres saber más sobre ella entra en su IG

1 comentario:

Unknown dijo...

Cosas sencillas pueden cambiar nuestros días. Bastaría con fijarnos en los ojos de las personas y hacernos eco de sus emociones.