30 de octubre de 2013

cuento de octubre


EL HILO
 
de Inés Bengoa

 

Fuente Foto.

 

   Le gustaba el orden, la pulcritud, el “cada cosa en su sitio”. Es por esto que todos los días se esmeraba en dejarlo todo bien recogido. Después, echaba un vistazo alrededor, respiraba una enorme bocanada de aire y sonreía, de oreja a oreja.

   Ese día, como los otros, hizo la cama, echó la ropa sucia al “cubo de la ropa sucia” y cogió un jersey del armario. Al ir a ponérselo vio como de un extremo sobresalía la punta de un hilo. Tiró de él. Al principio con suavidad pero, al ver que no salía, tiró un poquito más fuerte. Sí, ahora salía. Salía y seguía saliendo. Y empezó a arrastrar un poco de lana. Pero ella siguió tirando: ese hilo no podía estar ahí. Y tiró, y tiró… Y fue recorriendo pasillos con su hilo, abrió la puerta de casa y siguió tirando, y se alejó por el camino mientras tiraba, y se perdió de vista en el horizonte.

 
INÉS BENGOA, camina que te caminarás se perdió un día entre el “deber” y el “querer” y hete ahí que se encontró con los cuentos en medio del bosque oscuro. Y los tomó de la mano, y les prestó su voz, su cuerpo y su corazón. Desde entonces anda por las sendas del mundo habitada de historias.

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