CÓSIMO
un guiño a Italo Calvino
de Manuel Castaño
Ilustración de Inés Vilpi
La primavera
estaba más exultante que nunca. El final del invierno había dejado una lluvia
fina que emborrachó la tierra.
Cósimo, el barón
Rampante, se descubrió una mañana mirando a los prados embelesado con tanta
belleza. Las alegrías le hacían cosquillas en la tripa. Las clavelinas con unos
rosados vulvosos le despertaron una erección. Los pensamientos le nublaron la
razón. Y en contra de lo que Italo quería para él, Cósimo se bajó de los
árboles.
Cósimo se había
enamorado de las flores pero no de sus raíces. Por eso cuando llegó el otoño no
supo qué hacer.
MANUEL CASTAÑO
O Manuel Légolas como también gusta llamarse en
esto de los cuentos. Colecciona Caperucitas, tiene un hijo que dice que es su
mejor historia, y ahora le ha crecido la barba. Dice que es cosa extraña, que
un día dejó de afeitarse y los pelos que hace años se escondieron bajo su calva
ahora afloran en su cara.
Si quieres saber más sobre él entra en este enlace.
INÉS VILPI
Estudió magisterio y fue maestra durante diez
entrañables años de su vida. Siempre le fascinó el arte y la literatura.
Ahora lo que más le gusta es contar historias dibujando
y pintando, algunas las inventa ella misma, otras no. Actualmente colabora con
el Centro Andaluz de las Letras y con un colegio de su ciudad en actividades
artísticas y relacionadas con los libros y la lectura. También le gusta modelar
sus propios personajes con papel maché, aprender nuevas técnicas y experimentar
con nuevos materiales. Y que le cuenten un cuento, escuchar canciones,
cocinar, ver películas, leer, mirar un cuadro, una foto, un graffitti, observar
la calle y la gente desde la ventanilla del coche ... en fin, todo aquello que
le invite a sumergirse y disfrutar.
¡Ah! y meter los pies en el río.