SEMILLAS
de Manuel Castaño
Ilustración de Tamara Mendaza
La mujer que coleccionaba
semillas tenía una extraña costumbre. Cada vez que se entregaba al placer con
otra persona se colocaba una semilla en el ombligo. Sabía que de esta manera la
semilla germinaría y brotaría a los pies del lugar en el que se abandonaba al
placer.
Había probado con todo tipo de
semillas, pero siempre germinaba y brotaba lo mismo, tulipanes. Por eso, el día
que apareció ella, se amaron y brotaron azucenas, supo que era especial. Y se
enamoró hasta los pistilos.
Desde entonces y hasta ahora
la cama, la habitación, la casa, el ascensor, la calle, el coche… e
innumerables sitios más, están plagados de azucenas, margaritas, arándanos,
enebros… y semillas, esperando un ombligo y un amor.
MANUEL CASTAÑO
O Manuel Légolas como también gusta llamarse en esto de los
cuentos. Colecciona Caperucitas, es un amante de la literatura infantil y del
vino. Narrador oral profesional y docente. Sueña con las Ciudades Invisibles de
Italo Calvino y con un mundo más amigo. Ah!, y tiene un hijo, que dice que es
su mejor historia con final feliz.
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TAMARA MENZADA
Dice Tamara que nacemos para ser híbridos. Así, su
vida se construye en torno al mundo de la ilustración, la moda, la cerámica, el
diseño... La mueven conceptos como la memoria, las abuelas, lo que perdura y lo
que se pudre, los lugares comunes, el amor, la muerte...
Afincada en Logroño, estudió en la ESDIR, los últimos trabajos que ha realizado han sido en el festival de literatura de Logroño CuéntaLo y la intervención en los cristales del museo de arte contemporáneo Würth La Rioja.
Tamara tiene el corazón grande, una mirada
bonita, una palabra amable y un abrazo de esos para abandonarse. Tamara es una
terrorista sentimental
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