Un buen amigo, colaborador en esto de soltar postales, nos escribe: "Estoy entusiasmado con atrapalabras. Voy sembrando de cuentos los lugares por los que paso. Mi hermano se llevó 5 postales para soltarlas por BuenosAires. Yo dejaré algunas por Las Rozas, Talavera y Plasencia en estos días".
Los cuentos acechan ya por esquinas de medio mundo.
22 de febrero de 2009
17 de febrero de 2009
DE VICENTE ALEIXANDRE
EL NIÑO RARO
Aquel niño tenía extrañas manías.
Siempre jugábamos a que él era un generalque fusilaba a todos sus prisioneros.
Recuerdo aquella vez que me echó al estanque porque jugábamos a que yo era un pez colorado.
Qué viva fantasía la de sus juegos.
Recuerdo aquella vez que me echó al estanque porque jugábamos a que yo era un pez colorado.
Qué viva fantasía la de sus juegos.
Él era el lobo, el padre que pega, el león, el hombre del largo cuchillo.
Inventó el juego de los tranvías, y yo era el niño a quien pasaban por encima las ruedas.
Mucho tiempo después supimos que, detrás de unas tapias lejanas, miraba a todos con ojos extraños.
Vicente Aleixandre. Historia del corazón. La mirada infantil. Madrid: Espasa-Calpe.
Inventó el juego de los tranvías, y yo era el niño a quien pasaban por encima las ruedas.
Mucho tiempo después supimos que, detrás de unas tapias lejanas, miraba a todos con ojos extraños.
Vicente Aleixandre. Historia del corazón. La mirada infantil. Madrid: Espasa-Calpe.
Tenía ganas de mostrar este viejo poema tan extraño.
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