15 de noviembre de 2008

9 de noviembre de 2008

6 de noviembre de 2008

IRENE ENCONTRÓ UNA POSTAL

"Mi marido, mi hija y yo visitábamos a unos amigos en Alcalá de Henares. Y en la cola del supermercado, buscando la cartera en el bolso para pagar la compra del fin de semana…encontré mi primera historia atrapada. La primera reacción fue de sorpresa, la segunda pregunté a mi marido si era suya, si él la había dejado en mi bolso. Me dijo que no. Pensé que la tarjeta habría sido cosa suya, le habría llamado la atención por alguna razón y la guardó en mi bolso porque le interesaba. Le pregunté de nuevo. Otra respuesta negativa. Lo tercero que hice fue leerla. Me gustó. La guardé. Aunque sin dejar de preguntar de vez en cuando si era una broma, qué significado tenía…
Allí ha permanecido la tarjeta, en mi bolso todo el fin de semana. Hasta hoy que hemos vuelto a Valencia. Me he conectado a internet y habéis aparecido vosotros. Suena interesante. ¿Formo parte de una gran cantidad de tarjetas repartidas por todo Alcalá de Henares? ¿O es que el cartero vio en mí un potencial? Sea como sea me parece una idea atractiva. Mañana mismo de camino al trabajo depositaré mi tarjeta en alguien o en algún lugar de Valencia. Es una pena no poder quedármela. Y que gire el mundo".

4 de noviembre de 2008

CUENTO DE NOVIEMBRE

UN HOMBRE EN-
pep bruno noviembre 2008

tra en su casa. Todo está cambiado: no reconoce el mobiliario y juraría que donde ahora está el salón antes se ubicaba el baño. Da igual, se dice (está tan cansado). Se sienta en el sofá, desanuda la corbata, se quita los zapatos y se queda medio dormido. Afuera atardece. Cariño, una voz desconocida le despierta, cariño, la cena está lista. Esa mujer debe ser su esposa, y esos niños, sus hijos. Va a decir algo pero ella le apremia: se enfría la sopa. Los cuatro comen en silencio mirándose furtivamente. Luego todos juntos ven la televisión hasta que es la hora de acostarse.
Más tarde, en la cama (con un pijama que le va algo grande), entre sábanas extrañas, mientras la mujer duerme, trata de aclarar sus ideas. Tras un par de horas pensando concluye que ha debido de equivocarse de casa. O de vida.

Pep Bruno, buen amigo, gran conversador, nos ha regalado esta historia www.pepbruno.com

2 de noviembre de 2008

OTRO LIBRO DE HIPERBREVES

¡Qué breves son estos cuentos! A penas frases, apenas suspiros, algunos casí aforismos. Pero tan bellos muchos de ellos, tan llenos de nuevas cajas por abrir dentro, que invitan a ser relatos largos y cadenciosos. Dice el prólogo que un escritor se quedó con las ganas de escribir mil y un cuentos de una línea, murió antes de publicar ni uno sólo. Ahora nos queda la venganza.

Tiene una sección homenaje al dinosaurio de Augusto Monterroso, celebrando su genialidad:

Otro dinosaurio de Eduardo Berti:
"Cuando el dinosaurio despertó: los dioses todavía estaban allí, inventando a la carrera el resto del mundo".



Mil y un cuentos de una línea
Selección de Aloe Azid.
Thule Ediciones, 2007