RECUERDOS
de Carmen Fernández
La pérdida de memoria le empezó de
joven. Todos se lo tomaban a risa, era
gracioso ver cómo intentaba recordar alguna cosa, cómo a veces se quedaba en
blanco buscando en su memoria.
La familia y los amigos intentaban revivir
con ella los recuerdos que juntos habían ido construyendo, pero cada vez era
más complicado.
Ella se fue acostumbrando a sus
lagunas, a esos vacíos que quedaban en su mente, a perder los recuerdos que
desparecían junto con el pelo, los dientes, las fuerzas.
Una tarde de vuelta a casa le llegó un
olor a jazmín, aspiró profundamente, y ese aroma despertó un recuerdo de la
infancia, una noche de verano regresó a su mente. Tras él, otro recuerdo y de
repente todos los recuerdos parecían abrirse paso, uno detrás de otro. Cuando
llegó a casa tenía el alma llena de recuerdos. El rostro bañado en lágrimas.
Quiso compartir todos esos recuerdos con su familia y amigos, pero ellos ya la
habían olvidado.
CARMEN FERNÁNDEZ. O Carmen
Légolas como también se le conoce en esto de los cuentos. Y es que Carmen cuenta
y cuenta mucho. A veces cuenta bajito como para no despertarte, como para que
el silencio te arrulle. A veces cuenta cantando o con todo su cuerpo y la
historia de desboca, y la escucha también. Esto de contar suele hacerlo con Manuel
Castaño o Manuel Légolas.
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