Una niña en un columpio.
Detrás de ella, otra niña le da impulso. Cada vez más alto.
- Déjame - dice la primera - yo sola puedo, tengo miedo.
Pero la niña que le empuja es sorda y sigue empujando el columpio.
La primera niña, roja ahora, empieza a gritar. La que está detrás, feliz de hacer feliz a su amiga, canta con una voz deshilachada, que desde hace dos años no puede escuchar.
La primera niña la escucha y deja de gritar, ahora hipa, llora y sigue volando, cada vez más alto. El columpio chirría, un perro ladra, una voz de madre pregona meriendas. La voz sin ritmo de su amiga la calma. Ya no llora, solo mira sus pies que apuntan al cielo, y en él una nube tiene forma de bocadillo. La niña mecida la señala con el dedo. La niña sorda afloja el impulso y mira al cielo.
- Meriendaaaa, chocolate - canta la niña sorda con voz de burbuja.
El columpio se apaga y dos niñas felices, corren de la mano hacia la cocina.
Maria Molina es frágil y fuerte, se cuela en el ojo de una aguja para ver que hay al otro lado.http://www.maricuela.com/