24 de marzo de 2013

cuento de marzo


LATIDOS

de Cristina Temprano




         Su habitación se llenó de mujeres. Tres. Otras tantas salieron para esperar afuera. Llegó también un hombre. Traía una bombona de oxígeno y como aquellas, un chaleco del 112. Mientras conectaban máquinas y cables, cerraron. Ya eran 29 días soñando. Nerviosas, las otras pegaban sus orejas a la puerta. El tiempo se hizo interminable.

         - ¡No me despierten! - escucharon. 79 inviernos. 29 días sin dejar de soñar. Dentro prisas, pruebas, intentos. 

         Miedo. Fuera. Tres. Su mujer y sus hijas. -¡No me despierten!-oyeron de nuevo. 

         Se abrió la puerta. Salieron mujeres y aquel. -No entendemos qué ha pasado. Su corazón... 

         Miedo. Las hijas. La madre. Cuando entraron estaba sentado en la cama. Sus piernas se balanceaban sin llegar al suelo. Pantalón corto. Camisa de franela. El pelo ondulado tenía el brillo anaranjado de sus ocho años. Sonreía. Los ojos chispeaban de vida y ganas de correr. El corazón del niño que siempre fue, latía soñando... con volar.





CRISTINA TEMPRANO. Se aficionó a los cuentos porque quería conocer el mundo entero y viajar a todos los tiempos: pasados, presentes, futuros, paralelos, tangentes, perpendiculares, irreales, imaginados, imposibles… Comenzó a contarlos porque se enredaron en su voz, un poco sin querer y un poco queriendo. Se dejó atrapar por las letras y casi sin darse cuenta comenzó a andar ese camino habitado de palabras y silencios. Ahora sus pasos están llenos de historias. Vive en una isla, abrazada por esa inmensa mar azul que es frontera y horizonte, y sueña con que una maleta llena de cuentos, le lleve a viajar por el mundo.

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