19 de septiembre de 2015

cuento de septiembre



CÓSIMO
un guiño a Italo Calvino

de Manuel Castaño


Ilustración de Inés Vilpi

La primavera estaba más exultante que nunca. El final del invierno había dejado una lluvia fina que emborrachó la tierra.
Cósimo, el barón Rampante, se descubrió una mañana mirando a los prados embelesado con tanta belleza. Las alegrías le hacían cosquillas en la tripa. Las clavelinas con unos rosados vulvosos le despertaron una erección. Los pensamientos le nublaron la razón. Y en contra de lo que Italo quería para él, Cósimo se bajó de los árboles.
Cósimo se había enamorado de las flores pero no de sus raíces. Por eso cuando llegó el otoño no supo qué hacer.


MANUEL CASTAÑO
O Manuel Légolas como también gusta llamarse en esto de los cuentos. Colecciona Caperucitas, tiene un hijo que dice que es su mejor historia, y ahora le ha crecido la barba. Dice que es cosa extraña, que un día dejó de afeitarse y los pelos que hace años se escondieron bajo su calva ahora afloran en su cara.

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INÉS VILPI
Estudió magisterio y fue maestra durante diez entrañables años de su vida. Siempre le fascinó el arte y la literatura.
Ahora lo que más le gusta es contar historias dibujando y pintando, algunas las inventa ella misma, otras no. Actualmente colabora con el Centro Andaluz de las Letras y con un colegio de su ciudad en actividades artísticas y relacionadas con los libros y la lectura. También le gusta modelar sus propios personajes con papel maché, aprender nuevas técnicas y experimentar con nuevos materiales. Y que le cuenten un cuento, escuchar canciones, cocinar, ver películas, leer, mirar un cuadro, una foto, un graffitti, observar la calle y la gente desde la ventanilla del coche ... en fin, todo aquello que le invite a sumergirse  y disfrutar.
¡Ah! y meter los pies en el río.

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