23 de noviembre de 2014

cuento de noviembre



DEPREDADORES

de Carles Cano



Ilustración de Patricia Corrales

El tiburón otea el panorama de la fiesta. Todas las presentes han compartido cama con él menos una: la rubia platino de las tetas operadas. Una Chati, en su argot, de rompe y rasga. Despliega su ingenio con un único objetivo: llevársela a la cama. También ella se ha acostado con todos los presentes excepto con ese chico tan simpático y usa sus  armas más sutiles : la irresistible sonrisa, sus poses sensuales...
Por fin, acaban en la cama. El acto es apresurado por ambas partes. Él, sin  convicción, la invita a pasar la noche. Ella, cortés, declina la invitación. Se viste lenta y voluptuosamente,  y se va.  Él, desde la ventana, la despide con un beso.  Va hasta su escritorio, saca una agenda  de tapas verdes y escribe: Eva, un chochito fino, sonrisa agradable y tetas duras como piedras (operadas) Buen polvo.
 Ella, ya en casa, se mira al espejo, sonríe, guiña un ojo y se dirige a su escritorio; saca una agenda roja y escribe: Miguel,  pollita simpática, ingenioso y de culo prieto. Demasiado ansioso para mostrarme las habilidades que se le suponen. 6'5.


CARLES CANO
Ama las historias redondas, las morcillas de cebolla, los gatos okupas, los perros mestizos, los retablos góticos, las setas y que le hagan encargos. Como este cuento.
Se hizo escritor por una apuesta. Ahora continua apostando contra sí mismo a ver si es capaz de escribir alguna cosa que realmente le emocione, le sorprenda o le haga reír y que suene como si fuese nueva de verdad. No siempre gana la apuesta, pero cuando lo hace siente una felicidad absoluta, que dura, eso sí, hasta que llega la maldita pregunta: ¿Y ahora, qué voy a hacer?

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PATRICIA CORRALES
Patricia Corrales alcalaína de pura cepa, ilustradora y gafotas. Lo que más le gusta dibujar son las cosas cotidianas y a su perra Chisca que tiene problemas de sociabilidad perruna. Tiene una cajita de colores que se lleva a todas partes, nunca se sabe cuándo puede venir bien un rojo para un tomate distraído, o un verde para un pantalón  de pana asustado… o un azul para los días grises…

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